Nací en la ciudad de Buenos Aires una tarde del mes de abril de 1961. Hija y nieta de inmigrantes gallegos lo que más me gustaba de chiquita era cantar canciones gallegas que me enseñaba mi abuela paterna. Tengo una hermana qué, al llegar 4 años después de mí, fue una bocanada de aire fresco que iluminó mi vida. Nos divertíamos en la terraza mientras desarrollábamos nuestra creatividad: creando y/o recreando películas, bailando, cantando, jugando “a la casa”, algo así como la construcción cada una de su familia.
Muy joven, salí a trabajar, a ganar mi propio dinero, sinónimo para mí de libertad, independencia y estructura para materializar. Ingresé en el año 1980 a La Compañía de Seguros Iguazú (años después Zurich Seguros), logrando en parte, el cometido; sin embargo, no llegaba a sentirme plena, me faltaba algo. Después de unas vacaciones en abril de 1988, develaría el misterio: una serie de síntomas corporales determinaron un hipertiroidismo galopante, que la terapéutica tradicional, Yodo Radioactivo (131) mediante, revirtió sin escalas a un hipotiroidismo extremo. No podía reconocerme en el espejo, la típica “cara de luna”, ojos hinchados, aumenté 10kg en un mes y experimentaba una lentitud mental insoportable.
“La enfermedad como camino”, ya nada sería como antes, había comenzado un nuevo ciclo de María Celia. Durante los meses donde la actividad habitual fue primero restringida y luego reducida, había encontrado “el sentido de mi vida”. Descubrí intuitivamente lo que me interesaba aprender, investigar, desarrollar: la Metafísica, los fenómenos paranormales, la Magia, el Esoterismo. Mi intuición me llevó a adquirir libros, que fueron posteriormente, textos básicos de mi formación en Parapsicología, Radiónica, Tarot, Numerología, Astrología Humanista, Espiritualidad.
La Visualización Creativa y el Control Mental me abrieron un mundo nuevo y me di cuenta que, como bien decía Platón: “aprender es recordar”.
¡De esta forma retornó a mí el entusiasmo! Y estos conocimientos se convirtieron en el combustible fundamental para sostener y al mismo tiempo agradecer, la actividad comercial, que era “un medio para”, mientras profundizaba y conectaba con mi ser espiritual. De lunes a viernes, 10 a 18hs, traje y tareas formales, después de las 18hs, me subía a “mi escoba voladora” e incursionaba en los mundos en los que resonaba y resuena mi alma: lo que trasciende, que está más allá de nuestros ojos físicos.
El año 1990 sería un punto de inflexión; la muerte súbita de mi papá, me encontró desplegando los primeros contactos con la Pintura desde lo expresivo onírico-surrealista y accedí por primera vez a mi Carta Natal. A partir de este encuentro resolví comprometerme con mi misión y visión formándome en las áreas descriptas más arriba.
En años subsiguientes llegó “el tiempo del cuerpo”, de un cuerpo emocionado que contiene nuestra historia; bajar “de la terraza de la cabeza” al vientre, “la cocina de la vida” fue todo un proceso de muerte y renacimiento a través de la formación en Bioenergética (creación del Dr. Alexander Lowen): conocer y reconocer primero en nosotros y luego en los otros, que “nuestra vida es la vida del cuerpo”- (cuerpo físico-mental-emocional- sus procesos energéticos-espiritual). Sintetizo esta experiencia en esta frase:
“ESPIRITUALIZAR LO MATERIAL Y MATERIALIZAR LO ESPIRITUAL”.
En el contexto político-económico-social (Argentina, 2001-2002), llegaría el tiempo de las definiciones: me desvinculé de la Empresa luego de 22 años, y mi Visión se enriqueció aún más al retornar a la Fuente Espiritual de las Ciencias Sagradas Antiguas, reconciliándome con mis raíces religiosas-espirituales, sin dogmatismos, e incluyendo la Cultura y Sabiduría Celtas de mis Ancestros, en conexión plena, atenta y presente con mi Camino Espiritual.
Aspiro cada día de mi vida a vivir con Amor, Alegría y Agradecimiento a mis Ángeles, Guías, Maestros y Ancestros y, conformar entre todos los Seres de Todos los Reinos que habitamos nuestro Planeta Tierra, una Humanidad más amorosa, justa y bella.