SAN PATRICIO, Apóstol de Irlanda y Escocia

La celebración de San Patricio se realiza anualmente el 17 de marzo, fecha en la que se conmemora su fallecimiento.


Existen algunas divergencias respecto al año exacto de nacimiento y fallecimiento, las fuentes de información que encontré establecen su período vital entre los años 385 o 386 al 461 o 460.

Nacido en la Bretaña Romana, fue secuestrado por unos piratas a los 16 años y llevado a Irlanda como esclavo. Durante 6 años realizó trabajos de pastor, hasta que un día recibió un mensaje en sueños que le aconsejaba huir del lugar. Eso mismo hizo y abordó un barco que lo devolvió a su tierra.

Ya en ella, tuvo varios sueños que lo exhortaban a regresar a Irlanda como misionero. Movido por éstos y con el fin de realizar estudios teológicos, inició un viaje a través de la Galia e Italia que duraría varios años. En el año 432, siguiendo instrucciones divinas, junto con veinticuatro  compañeros desembarcó en la costa de Irlanda.

Se cuentan muchas anécdotas respecto a encuentros con los pobladores del lugar que no se mostraban abiertos a nuevas doctrinas. Recordemos que los lugareños eran celtas y tenían su propio panteón de dioses. Así las cosas, se cuenta que San Patricio realizó milagros que ayudaron a la conversión de buena parte del pueblo.

¿PORQUÉ SU SÍMBOLO ES LA  HOJA DEL TRÉBOL?

Un gran éxito evangelizador fue su explicación de la Santísima Trinidad. Cuando los paganos intentaban confundirlo, él sacaba un trébol de su bolsa y les preguntaba si aquello era una o tres plantas.

Hacia los finales de su vida, pidió a Dios que protegiera a la isla de todo reptil. Y hasta hoy, no hay serpientes en Irlanda.

Por esto mismo suele verse su imagen señalando el suelo con serpientes a sus pies, con un fuego que irrumpe de la tierra o con una hoja de trébol.

Es patrono de Irlanda y los irlandeses, de los mineros, los herreros, del ganado y contra el infierno.

Hay una oración muy poderosa de Protección de San Patricio, que reza así:

Cristo conmigo, Cristo dentro de mí.
Cristo delante, Cristo detrás de mí.
Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda.
Cristo en mi casa, Cristo en la calle.
Cristo en el camino, Cristo en el trabajo.
Cristo en los ojos que me ven, Cristo en los que me escuchan.
Cristo en la boca del que me habla, Cristo en el corazón de todo el que piensa en mí.
Cristo conmigo y yo con Cristo.
Siempre y en todas partes, 
Amén.