CARNAVALES , orígenes y recuerdos gallegos

Durante la prolongada Edad Media (siglo V al XV) los Carnavales eran la expresión de la exaltación de los placeres, los excesos y los pecados.

Haciendo historia, el Arcipreste de Hita en su obra "El libro del Buen Amor" del siglo XV, describe la vivencia y el sentimiento de dicha fiesta en su tiempo. 

La batalla alegórica entre "Don Carnal y Doña Cuaresma"  en lo profundo marca la importancia de las cosechas, el ganado, la fecundidad en suma,  extendida al plano humano.

La idea básica: expulsar todo lo viejo, lo inútil o lo infecundo.
¿Y el objetivo?  Transgredir el orden.

En los Carnavales se dan 2 ideas básicas en todas las culturas: la inversión y la reversión.
  Inversión de los valores, reversión de la personalidad, en síntesis sacar a la luz "la sombra", "bailar con la sombra".  Este pensamiento lo avala el estudioso de religiones René Guenón que interpreta el Carnaval como una válvula de escape de los instintos reprimidos.



Buscando en mis raíces gallegas, reconozco que los orígenes de estas fiestas en esos pueblos son tan antiguas que ni sus habitantes registran cuando surgieron esas celebraciones.  Sin embargo tienen sus raíces ancladas en el pasado más remoto y es interesante descubrir sus símbolos y costumbres.



En la búsqueda de  imágenes para incluir en esta página encontré una escena en Galicia, llamada Entroido, Antroido ó Antruido - depende a cual provincia gallega corresponda- con trajes típicos, donde pasado y presente son uno en la recuperación de la memoria atávica.

DESPUÉS DEL CARNAVAL....QUÉ...????
Terminado el Carnaval empieza el período de la Cuaresma y la Pasión
La Misa y Bendición del Miércoles de Ceniza se realiza como ritual de conexión con la realidad, (después del desenfreno de los días de Carnaval).  

En dicho ritual mientras el sacerdote va haciendo la señal de la cruz en la frente de sus feligreses, repite a cada uno la frase católica conocida: "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás". 

Ésta es la llamada "imposición de las cenizas"pretende recordar que nuestra vida en la Tierra es pasajera y por ese motivo orienta este tiempo a la conexión con la vida trascendente, para el Cristianismo: la Vida definitiva del Cielo.